He conocido a Mac, en Álbum
de boda, a Emma, en Rosas
sin espinas, y a Laurel, en Sabor
a ti, así como a sus profesiones dentro de la empresa de organización de
bodas Votos; y solo me
quedaba por conocer a la cuarta amiga e integrante de la empresa: Parker Brown,
la reina de la eficacia y el control absoluto, que no imagina lo mucho
que va a cambiar su vida cuando, una tarde lluviosa, su coche se sale de la
carretera. Al rescate llega Malcom Kavanaugh, quien lejos de ser un príncipe
azul es una mecánico que representa lo que ella más aborrece: lo impredecible.
La reseña de Para siempre se me ha hecho de rogar más de lo que yo
misma esperaba. Reconozco que han pasado varios meses desde que terminé la
serie Cuatro Bodas, pero
recuerdo bastante bien todo lo que la última novela me transmitió. Si
recordáis, pese a lo
mucho que me gustó el primer libro, los siguientes me decepcionaron ya que había muchas
similitudes entre sí y con la primera historia. Por lo tanto, pensaba que me encontraría
más de lo mismo en esta última. Y aunque así ha sido, la personalidad de los
personajes principales, Parker y Malcom, ha mejorado la mi percepción sobre la
serie.
En lo poco que
había leído sobre Parker en los anteriores libros ya me imaginaba que iba a ser
un personaje que iba a darle vidilla a la historia. Ella es una chica
fuerte, seria –cuando la situación lo requiere-, que sabe cómo manejar
cualquier tipo de situación con una maestría que ya quisiera yo. Como organizadora
de eventos sabe que la presión puede ser su gran aliada y siente que el trabajo
es su vida, lo que más feliz le hace, su pasión. Malcom, en cambio, tiene otra
manera de ver las cosas, más calmada, sabe separar su vida laboral de la
personal, es más pasota, tranquilo. Ambos han pasado por una situación
difícil que les cambió su visión de la vida –si recordáis, Parker perdió a sus
padres-. Mientras que para Malcom fue la clave para empezar a vivir la vida sin
complicaciones, disfrutando de cada momento, Parker encontró en el trabajo el
bálsamo que necesitaba. Tan
diferentes y tan parecidos. Sus choques me han hecho pasar momentos muy
entretenidos y divertidos, sin duda, lo mejor de Para siempre son ellos.
En cuanto al
desarrollo de la historia hay pocas sorpresas que se diferencien de los otros
libros. Nora Roberts vuelve a repetir algunos de los aspectos que no me
convencieron, como por ejemplo que no se ve cómo se va construyendo la pareja,
sino que todo acaba siendo muy precipitado. Es cierto que en esta última novela
este hecho no está tan presente, pero su sombra es palpable. En este caso, y
como sucedía con Álbum de
boda, el pretendiente en cuestión viene del mundo de fuera de las chicas
–no para Emma y para Laurel- por lo que su propia historia me ha parecido más
profunda que la de Jack y Del. La previsibilidad no ha sido en sí un aspecto
negativo, todos sabemos qué es lo que nos vamos encontrar en este género, y Nora Roberts sabe que lo que sabemos, por lo que su objetivo no es
sorprender, sino deleitarnos con el ambiente y con los personajes, y en eso sí que no me puedo quejar.
El resto de la
familia Votos, porque eso es lo que son y cómo se sienten ellas, están bien
presentes, organizando las bodas y los diferentes eventos por las que son contratadas,
mientras sus vidas siguen adelante. En Para siempre veremos como una de ellas dará el gran
paso por lo que toda la casa se verá trastocada por el feliz evento. Como en
los anteriores libros, la
organización de las bodas es uno de los aspectos que más me ha gustado de esta
serie, ver cómo se cuecen los preparativos, los reportajes, la decoración, la
comida –con la presencia del pastel nupcial-, todo coordinado por Parker al
segundo. Ha sido un
placer leer sobre ello.
Cuatro
bodas ha sido una lectura con sus más y sus
menos, Álbum de boda y Para siempre son las novelas que más me ha gustado, la primera porque muestra una preciosísima historia, el inicio de la serie, y la última porque los protagonistas son muy
atrayentes. De todos modos, guardo un buen recuerdo de la serie y espero que el
próximo libro que lea de Nora Roberts me haga disfrutar muchísimo.
«-Ha
traído a Parker en la moto.
Jack rió
socarrón y desvió la mirada de Del para fijarse en Mal.
-Estás
de coña.
-No hay
mal que por bien no venga. –Malcom, que empezaba a divertirse, se metió una
aceituna en la boca-. O venía en moto, o llegaba tarde a la reunión. En fin…
–Volvió a zamparse otra aceituna-. Creo que le ha gustado. Tendré que llevarla
a dar una vuelta de verdad.
-Eso.
–Del soltó una risita-. Te deseo buena suerte».
- Plaza & Janés / DeBolsillo (Penguin
Random House) -